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Grandes Alamedas

“Tenemos la obligación de decirle a la Presidenta cuando las cosas están mal”

“Tenemos la obligación de decirle a la Presidenta cuando las cosas están mal”

PAMELA PEREIRA:


“Tenemos la obligación de decirle a la Presidenta cuando las cosas están mal”
La candidata al comité central del PS por la lista “Grandes Alamedas”, sostiene que su partido debe ser los ojos y oídos de los excluidos, por lo que es necesario establecer lo que califica como “lealtad sin obsecuencia”.


Por Katherine Cubillos T. - Lorena Muñoz Z.
Fotografías: Mauricio Alegría

El que pasó fue un fin de semana agitado para las filas socialistas, cuyo comité central se elige el próximo domingo.

En plena campaña, Pamela Pereira visitó la zona este fin de semana. La abogada compite en la lista “Grandes Alamedas”, liderada por Isabel Allende y que se erige como la rival más fuerte de la opción de Camilo Escalona y Ricardo Núñez.

Según precisa Pereira, su equipo pretende que el PS sea “un partido abierto a la sociedad, participativo, paritario y tolerante. Tiene que abrir sus puertas y ventanas a la comunidad, tanto al mundo social como sindical, porque éste no es un partido neutro. Representa intereses de los trabajadores, de los excluidos, de aquellas personas que nos ganamos la vida todos los días, por lo tanto, aquí no cabe en el mismo espacio la Sofofa ni los conglomerados que concentran la riqueza”.

OBLIGACION
POLITICA

-En este momento, bajo las actuales condiciones, ¿usted siente que el PS representa los intereses de esos sectores excluidos de los que habla?

“El PS hoy no desarrolla una estructura y una política que permita un espacio de participación, de debate y de propuestas en la sociedad que nos haga jugar un papel determinante. Se ha confundido el rol de un partido con el de un gobierno. La Presidenta es Presidenta de todos los chilenos y razonablemente debe flexibilizar su actuar y dirigirlo a toda la sociedad. Pero el PS es el que empuja desde el mundo de los trabajadores. (...) Este es el rol del partido: concretar los intereses del mundo laboral. Entonces cómo se instala al PS, cómo se organiza y cómo se dirige, es un tema muy determinante. Pero también lo es la forma cómo se relaciona con el Gobierno y ahí lo hemos dicho con mucha claridad: lealtad sin obsecuencia”.

-Ese ha sido uno de los puntos más importantes del debate electoral de los socialistas: el dilema entre lealtad e incondicionalidad…

“Si se impone una disciplina que no permite el debate abierto, reiterado y permanente en una instancia política, efectivamente se logra un partido ordenado, pero lo tiene silenciado, asfixiado, lo tiene para adentro. Y desde ese punto de vista, entendemos que el PS tiene la principal responsabilidad no sólo de potenciar al mundo social y sindical desde la calle, sino que además tenemos la obligación política de decirle a la Presidenta cuando las cosas están mal o no se hacen. (...) En ese sentido compartimos la visión de Clodomiro Almeyda, que decía que el partido debía ser los ojos y los oídos del pueblo. Y si se abren los ojos y los oídos, hay cosas que no necesariamente a los gobiernos les gusta escuchar”.

LIDERAZGO
CERCANO

-Uno de los argumentos de la lista de Escalona es que el PS ha aumentado la presencia en el Parlamento y logró el triunfo de la Presidenta Bachelet, algo que debieran seguir haciendo porque les ha dio bien. ¿Qué opina al respecto?

“La habilidad negociadora permitió tener -con un sistema binominal- unos cupos que permitieron tener un buen resultado parlamentario. Pero bajamos nuestro caudal electoral, estamos en el 10% y antes teníamos cerca del 12%, hemos ido para atrás con los votos. Respecto a la elección de Michelle Bachelet, ella es un fenómeno político y social en sí mismo, y la verdad -porque en esto no hay que hacer demagogia- es que representa el desarrollo de los cambios que ha tenido la sociedad (...) La dirección del PS aceptó que la ciudadanía instalara un nombre femenino, pero no ha sido precisamente porque estemos modernizados, sino que porque la ciudadanía nos impuso a una candidata a la que apoyamos irrestrictamente”.

-¿A qué factor le atribuye la merma en el caudal electoral del PS?

“Tenemos una presencia insuficiente en el mundo social, en la organización cotidiana de los sindicatos, de los ámbitos femeninos y de otros espacios (...) Cuesta en este partido machista moverse y explayarse ahí. No hay un respaldo de voluntad política del PS de estar abierto allí y debemos revertir la desmovilización que tenemos desde el mundo social”.

-¿Entonces la insuficiente presencia del PS en el ámbito social explica la disminución de votos?

“Sin duda. Hay que fortalecer al dirigente local, no basta el gran dirigente que ilumina, eso ya no existe, no son suficientes los iluminadores políticos. A la gente le gusta reconocer el liderazgo inmediato, del que está con él. Por eso hemos planteado la necesidad de modernizar este PS e introducir cambios en su estructura interna. La gente quiere ser actora (sic) de su propio destino (...) cada vez el individuo quiere llevar, con su líder al lado, adelante los cambios, pero quiere participar. No bastan las líneas políticas que se dan desde algunas esferas”.

RIGIDECES

-¿Qué espacios hay para la renovación de liderazgos en el PS?

“A veces uno siente que esta dirigencia estrictamente política no es capaz de llevar este proceso de cambios. No tiene que ver con el liderazgo de Escalona o Núñez, sino que uno los ve como una estructura rígida y envejecida en el ejercicio del poder y como que no se dan cuenta que tienen las puertas cerradas y no ven el fenómeno que pasa al lado de ellos. Y lo que queremos es estar dentro de esa ebullición, a riesgo de cierta inquietud o cierta confrontación a veces con el Gobierno, porque nos queremos abrir a otros temas y no centrarnos sólo en el poder por sí mismo”.

EN EL DESTACADOR

“Clodomiro Almeyda decía que el partido debía ser los ojos y los oídos del pueblo. Y si se abren los ojos y los oídos, hay cosas que no necesariamente a los gobiernos les gusta escuchar”.

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